Los "garinagu" son un pueblo tribal elástico que han sobrevivido muchos años de penurias extremas. A pesar de esto, los estudios etnológicos demuestran que son las únicas personas de raza negra en las Américas que han conservado su cultura nativa. Debido a que sus antepasados no eran esclavos, que han sido capaces de preservar su herencia afrocaribeña rica y única. Además, las tradiciones garífunas, profundo sentido de parentesco y la participación en actividades culturales de la comunidad les han dotado de un sentido de la solidaridad y la identidad cultural en tiempos de agitación.
"Garinagu" son un pueblo orgulloso dedicados a sus raíces y su religión consiste en una mezcla de catolicismo creencias africanas e indígenas y respeto por los antepasados que está en el núcleo mismo de su fe.
Los garífunas creen que los ancestros difuntos median entre el individuo y del mundo exterior. Si una persona se comporta y funciona bien entonces tendrá buena fortuna. Si no, entonces la armonía que existe en las relaciones con los demás y el mundo exterior será interrumpido conduce a la desgracia y la enfermedad. Así pues, el sistema religioso implica ciertas responsabilidades y obligaciones entre los vivos y fallecidos. La comida y bebida de vez en cuando deben disponerse de los antepasados que también pueden aparecer en los sueños. Un líder espiritual, un "Buyei" lleva el contacto de una familia con el fallecido. En la preparación de estos encuentros espirituales con la curación, tambores y baile, un banquete de mariscos, carne y pan de yuca se prepara. Espiritualismo Garífuna se expresa de manera creativa a través de la música, el baile y otras formas de arte.
La cosmovisión religiosa garífuna se compone de una historia y una
tradición, la que se confirma a través de la fuerza de los ritos, los que
aparecen en todas las etapas de la vida del garífuna: el nacimiento, la
enfermedad y la muerte. Los rituales y las creencias religiosas garífunas
tienen su origen en las tradiciones africanas.
En la concepción religiosa garífuna, tiene importancia capital las ideas
de la enfermedad de "gubida", la concepción por medio de sueños y el trance
ritual de posesión. Los sueños, entre los garífunas, son valorados como fuentes
de sabiduría profética y como un medio para comunicarse con los muertos a
través de quienes los ancestros dan a conocer su voluntad a los descendientes.
Los garífunas y su religión se caracterizan por las ceremonias y rituales
dedicados a los espíritus de sus antepasados, para que se conduzcan por el
camino más correcto hasta lograr el
estado de deificación. El principio filosófico de la cosmovisión religiosa
garífuna, está enmarcada en los conceptos del alma múltiple. El "buyei" o "saurín" (chaman) es el encargado, como el sumo sacerdote, de las ceremonias y rituales
garífunas; tiene facultades de comunicación con los espíritus de los
antepasados y dirigir la máxima ceremonia ritual de los garífunas.
El "buyei", que puede ser hombre o mujer, debe recibir la revelación sobre cuáles son los dones que las entidades sobrenaturales le han conferido y de esta forma aprender cómo hacer el mejor uso de ellos. Se supone, por consiguiente que los "buyei" nacen, no se hacen.
La concepción del mundo garífuna representa un sincretismo entre elementos amerindios y africanos a la que han incorporado elementos católicos. La base de la religión gira en la convicción de que los ancestros difuntos interfieren en la vida cotidiana de sus descendientes. Sus principales ritos tiene como fin lograr el ascenso de los familiares muertos al estado de deificación (gubida). El Dügü (conocido como Walagallo en Nicaragua), es el mayor rito que la religiosidad garífuna ofrece a los ancestros, evidencia la relación entre pasado y presente de su identidad. Las ceremonias del dügü afianzan los conceptos de la vida después de la muerte, la continuidad de las líneas familiares y la asistencia mutua, estrechando los lazos que unen a los garífunas.
El alma
Esta compuesta de tres partes:
1. Anigi Sobadora "es la
fuerza vital": Se manifiesta en el funcionamiento de los órganos principales:
los latidos del corazón, la pulsación de las arterias, la respiración y el
calor corporal. Se extingue inmediatamente después de su muerte, o la sumo
después de unos meses. Para algunos la sombra, iawa, es una proyección directa
del anigi. Las enfermedades del anigi son tratadas con masajes enérgicos
aplicados por las "sobadoras".
2. Iwani: Situado en la
cabeza, es inmaterial y deja el cuerpo inmediatamente después de la muerte. No
es perceptible a los sentidos y por lo tanto no puede darse a conocer a los
vivos.
3. Áfurugu: literalmente "el otro del par", se encuentra entre el anigi físico y
el iwani espiritual. Durante la vida de una persona el áfurugu no tiene
existencia independiente y, aunque puede alejarse del cuerpo físico, está indisolublemente
atado a él y sus ausencias prolongadas traen graves consecuencias para la salud
de la persona. Es un cuerpo astral que reproduce la forma material de la
persona en todos sus detalles pero que está formado por una substancia que lo
asemeja a las entidades sobrenaturales, de cuyas cualidades aparentemente
participa.
Es el intermediario entre lo sobrenatural y la realidad cotidiana. Tiene discernimiento y clarividencia, lo que lo capacita para anticipar los peligros que amenazan a la persona que está unido, antes que ella se percate. Lo advierte por medio de señales reconocibles, como picazón en distintos lugares del cuerpo.
La separación prolongada de un individuo y su doble espiritual puede ocasionar la muerte o, por lo menos, la pérdida permanente de las facultades mentales, lo que, en realidad, lo convierte en un cadáver viviente. Esta separación puede resultar de ataques de entidades sobrenaturales dañinas o por prácticas de magia mala.
Para recibir los
beneficios del áfurugu, la persona debe cumplir fervorosamente con sus deberes
religiosos.
El mundo de los
muertos
Alcanzar las más altas
posiciones en el mundo de los muertos es un proceso lento y gradual. Después de
la muerte el iwani (alma) va al cielo, a veces directamente, otras luego de
pasar por el purgatorio. El áfurugu, debe ser tratado con precaución, después
de vivir en la tierra le cuesta renunciar a ella. De acuerdo a la personalidad
del difunto y las circunstancias de su muerte demostrarán un apego más o menos
pronunciado, los que tuvieron vidas marcadas por fuertes pasiones -ambiciosos,
sensuales, avarientos, etc.- son los más reacios a marcharse. Sus parientes
deben celebrar los ritos apropiados para que se marchen, tarea que puede
demandar más de un año hasta que inicie el camino para unirse con su alma
(iwani) en su morada permanente.
Los recién fallecidos
(áhari) no se dejan ver de sus parientes, pero por medio de crujidos y portazos
revelan su presencia en la casa. Cuando están irritados pueden causar
accidentes domésticos. Por las noches vagan por las calles del pueblo y pueden
ser vistos por personas que regresan de las fiestas religiosas o por pescadores
que se hacen a la mar antes del amanecer. Estos espíritus son los úfiñeu. Los
úfiñeu de personas violentas o de aquellos que murieron en circunstancias
extrañas pueden atacar a quien se les acerque sin advertirlo; uno se puede
prevenir contra estos ataques llevando amuletos sobre el cuerpo, recitando
oraciones o hechizos. Lo más frecuente, sin embargo, es que los espíritus se
vean desde lejos y que se muestren indiferentes ante la presencia de los vivos.
Los úfiñeu serían la fuerza vital del cuerpo muerto (el anigi), su
desvanecimiento es concomitante con la descomposición del cadáver y su
desaparición coincidiría con la completa desintegración del cuerpo.
En el trayecto hacia
el mundo de los muertos, los espíritus piden baños para refrescarse y ofrendas
de comida para restaurar sus fuerzas. En el viaje, el áhari se detiene al
encontrarse con amigos que murieron antes pero no han sido capaces de viajar
tan rápidamente como él; si no lo retienen en un "lugar malo", aún el
más lento de los áhari llegará a su destino final. Los familiares
sobrevivientes se mantienen informados sobre el progreso del viaje por medio de
presagios y sueños, hasta que se reúna con los gubida.
Bibliografías:
UNESCO. (s.f.). Obtenido de http://www.unesco.org.uy/ci/fileadmin/phi/aguaycultura/Honduras/FICHA_PUEBLO_GARIFUNAS.pdf
Los negros caribes de Honduras Ruy Galvão de Andrade Coelho Editorial Guaymuras, 2002. Obtenido de https://pueblosoriginarios.com/meso/maya/garifuna/religion.html
Hostal garífuna religión y creyencias Orinoco Nicaragua. Obtenido de http://www.hostalgarifuna.net/index.php/es/vive-cultura-garifuna/vida-tradicional-y-historia/religion-y-creyencias-de-los-garifunas
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